viernes, 7 de julio de 2017

Caminando sobre la tierra ©



Caminando descalza sobre la tierra mojada
pienso solamente en las frías gotas
que se deslizan perezosas
sobre mi piel callada.


Mis oídos recogen la sinfónica melodía de la lluvia
mientras mis empapados cabellos
se rinden a la suave caricia del agua fragmentada.


Me detengo ante el nublado paraje.
Los pies no deciden su ruta
solo permanecen allí,
como sembrados,
sintiendo la delicada textura de la tierra fresca,
mojada;
olorosa a naturaleza siempre virgen,
siempre nueva.
Mis pies solo se dejan seducir 
por el abrazo callado
de todas las raíces de la tierra.


Un camino se extiende hacia mí,
sin embargo, mis pies sembrados no se mueven.
La tierra me alimenta el alma
y la lluvia aplaca la sed.
Todo tiene sentido desde la tierra,
desde el agua,
desde esa lluvia que no ha dejado de cantar mi nombre.


El paraje me espera,
pero no me muevo.
Yo solo soy cedro,
yo solo soy lluvia,
yo solo soy tierra.








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  • Este poema queda protegido por las leyes de derechos de autor. Ningún fragmento del mismo puede ser utilizado sin el debido permiso de su autora.

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